Tambora, la mayor erupción registrada de la historia

La Pompeya del este, así llamaron a la ciudad de Tambora un grupo de arqueólogos. Durante una excavación en 2004 en la zona de Indonesia, encontraron la ciudad enterrada por las cenizas, conservada tal y como era en 1815. Un macabro recodatorio de polvo y ceniza de lo que fue Tambora la mayor erupción registrada de la historia por el hombre.

 

El volcán Tambora

El Tambora es un estrato volcán situado en la isla de Sumbawa, en Indonesia. Flanqueado al norte y al sur por la corteza Oceanica, este coloso de fuego de 4300 msnm, se formó por una zona de subducción activa bajo la isla. Durante décadas la cámara magmática se fue llenando, hasta llegar a un punto de no retorno el 10 de abril de 1815.

Tambora la mayor erupción registrada de la historia

Despues de varios siglos de inactividad latente, pocos años antes del fatídico 10 de abril, él Tambora, sufrió un cambio brusco de presión y temperatura. Hacia 1812 paso de 4000 a 5000 bar de presión, y la temperatura subió de 700 a 850 grados Celsius. Entonces la caldera retumbó e hizo salir una nube de humo oscuro.

Erupción del Tambora
Erupción del Tambora

Hoy en día con los conocimientos que ahora se tienen, el protocolo habría sido otro. Esas señales probablemente hubieran sido suficientes para alertar de lo que estaba por llegar. Sin embargo en 1812, era difícil alertar y prevenir los posibles consecuencias de un desastre que desconocían si se podía producir.

Asi se llegó, hasta el 5 de abril de 1815, fecha de la primera erupción. De tamaño mediano la explosión pudo oírse en Java a 1260 km, y hasta en las islas Molucas, a 1400km de distancia. La mañana siguiente la ceniza volcánica empezaba a caer en Java oriental, y continuaron oyéndose  explosiones más leves hasta el el día 10. Pudiera parecer tal vez, que aquellos echos terminarían ahí, pero no fue así.

El día D: la erupción del Tambora

Llego el día 10 de abril y lejos de aminorar la actividad, el Tambora desencadenó una furia nunca registrada antes. En sumará a 2600 Km de distancia oyeron lo que en principio les pareció una ráfaga de disparos. Descubririan después impertérritos que la furia visual y auditiva del coloso de fuego se había propagado hasta 2600 km. Hacia las 7 de la tarde las erupciones se intensificaron, tres columnas de humo ardiente se elevaron hasta fusionarse.

El terror se desencadenó y él Tambora cual dragón empezó a escupir fuego por sus fauces. Convirtió la montaña en una enorme masa de fuego líquido. Enormes fragmentos de piedra pómez, de hasta 20cm de diámetro empezaron a llover de un cielo oscuro cubierto de ceniza volcánica. Inmensos ríos de lava, liquida y ardiente, empezaron a caer ladera abajo hacia al mar aniquilando el pueblo de Tambora.

El resto es historia. La crónica de la catástrofe volcánica más grande registrada nunca. Los expertos estimaron que la explosión, libero cuatro veces más energía que la erupción del Krakatoa. Equivalente a una explosión de 800 megatones de TNT. 160 km3 de fluido magmática fueron liberados por él Tambora. La explosión se escuchó a más de 2600km de distancia, y sus cenizas se propagaron a más de 600 km de la cumbre.

Antes del desatore este coloso de fuego tenía 4300 msnm, después del día 10 su altitud disminuyó hasta los 2851 msnm. Casi la mitad de su altura convertida en fuego, polvo y cenizas se desprendió durante la catástrofe a través de esa garganta del infierno.

Las consecuencias de la mayor erupción registrada

El Tambora se hizo ver y oír a cientos de Km de distancia, sin embargo sus consecuencias fueron más allá de lo inmediatamente visible o auditivo. La columna de humo ascendió hasta la estratosfera, echo que permitió una propagación de polvo y partículas tan grande. Los fragmentos mayores cayeron de nuevo al suelo al cabo de una o dos semanas. Los más pequeños y finos permanecieron en la atmósfera meses, e incluso hasta años después. El polvo propagado por todo el mundo, provocó fenómenos inusuales, puestas de sol rojas.

La catástrofe del Tambora
La catástrofe del Tambora

Las explosiones terminaron el 15 de julio, y el humo podía verse aún el día 23. El pueblo de Tambora quedo arrasado, toda la vegetación de la isla fue destruida. Enormes balsas de piedra pómez flotaban en el mar.  La erupción provocó un tsunami de tamaño medio en el archipiélago indonesio, con olas de hasta 4 metros.

Se estima que el desastre volcánico dejo tras de sí 11.000 muertes por efectos directos de la erupción. En total se calcula en unas 71.000 muertes en total contando las muertes por hambruna y enfernedades epidémicas derivadas de la catástrofe.

Epílogo

Así fue el Tambora la mayor erupción registrada de la historia, con una magnitud de IEV 7.  Sus consecuencias afectaron incluso al clima de todo él hemisferio norte, el cual se volvió drásticamente más frío. Provocó hambrunas y una gran crisis en Europa. Se dice que incluso en Suiza llegaron a comer musgo, tal era el hambre y la miseria.

Un ambiente de necesidad y superstición flotaba en el ambiente, y se propagaba como el humo de la erupción. Fruto de todas esas carencias, en ese contexto de necesidad extrema nace la corriente del romanticismo.

Quiza porque la necesidad agudiza el ingenio, o porque las almas más sensibles nacen de las adversidades más perversas. Sea como fuere esta catástrofe contribuyó con mucha parte de culpa al nacimiento del romanticismo. No en vano al año siguiente, se le llamó “el año sin verano”. Pues los efectos del desastre se hicieron notar todo el año siguiente, y la climatología sobrevenida de la erupción, sumió al verano de 1816 en casi un nuevo invierno.

Esto propició que allí donde la tierra fue yerma, brotes verdes volvieran a crecer. Artistas y escritores de una nueva corriente recién nacida surgieron y florecieron en el lugar y de la forma más insospechada. Muestra de todo ello fue una reunión de amigos concertada por Lord Byron en Villa Diodati, a orillas del lago Leman.

Villa Diodati
Villa Diodati

Encerrados por culpa de un temporal durante tres días, Lord Byron propuso un juego a sus invitados. Sugestionados por el terrible temporal, y por una lectura de fantasmas en el salón, debían escribir cada uno un relato de terror. A la mañana siguiente dos obras maestras habían visto la luz, el Vampiro de John Polidori. Precursor e inspirador del Dracula de Bram Stoker. Y la segunda, la nombrada por muchos primera novela de ciencia ficción: Frankenstein, de Mary Shelley.

Sin duda un año y unos acontecimientos que por siempre quedarán en nuestras retinas, y en la historia.

 

Autor: Sergio Bachs

 

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