La vuelta al mundo de Jason Lewis
Jason Lewis, británico de 46 años se propuso realizar la hazaña de dar la vuelta al mundo utilizando únicamente su fuerza física para completar el desafío. Lewis tardó 13 años en completar este reto ayudándose de bicicletas, patines, kayaks y un bote a pedales que utilizó para cruzar los océanos Atlántico, Pacifico e Indico. Durante su viaje recorrió 74.842 km. Atravesó tres océanos, varios mares, 37 países y anduvo por los cinco continentes.
¿Cómo empezó todo?
El científico medioambiental Steve Smith se dio cuenta en 1992 de que todavía nadie había sido capaz de conseguir una hazaña de estas características. Le preguntó a su amigo Jason Lewis, que por aquel entonces trabajaba limpiando cristales si le interesaría unirse a la aventura.
Tras dos años planeando el viaje, estos dos ingleses partieron de Londres en 1994. Sin embargo, Smith no lograría terminar junto a Lewis la circunnavegación por lo que el record de ser primera persona en completar la vuelta al mundo utilizando únicamente la fuerza humana lo posee únicamente Jason Lewis.
Así es como Jason y Smith (en adelante J&S) llamaron al desafío. Un reto que no sólo se limitaba a conseguir completar la circunnavegación sino que además llevaba consigo un mensaje de concienciación medioambiental que transmitieron durante todo su viaje. Además, en el camino, la expedición colaboró con varias organizaciones humanitarias locales que luchaban por conseguir una educación digna para los niños.
De Londres a Lagos (Portugal)
Así pues, ambos exploradores salieron de Londres el 12 de Julio de 1994 con el objetivo de completar la primera circunnavegación impulsada por fuerza física, sin motores ni velas. En la primera parte de su aventura recorrieron en bicicleta los cerca de 2.800 km que separan Londres del puerto de Lagos en Portugal pasando por Francia y España.
Como pequeño guiño a mi tierra, Jason nos comentaba que se enamoraron de Pamplona, ciudad donde pasaron la primera noche en España una vez cruzaron los Pirineos. Una vez llegaron a Lagos y tras tres semanas construyendo el bote al que llamaron Moksha, que significa “Libre” en sánscrito, J&S estaban preparados para zarpar.
Travesía por el Atlántico
Pedalearon un total de 4.500 km durante 111 días en su bote de madera hasta alcanzar el Caribe y desde allí Miami en la costa este de Estados Unidos. Pero tuvieron que hacer una parada técnica previa en el puerto de Funchal (Madeira) para realizarle pequeñas reparaciones a Moksha.
Ruta Americana
Una vez en Florida, Jason y Steve pasaron varios meses buscando fondos para continuar su viaje, dieron charlas de concienciación medioambiental en diversas instituciones y colegios de la zona. En adelante sus caminos se separaron. Steve decidió continuar su viaje en bicicleta por EEUU con su novia Eilbhe mientras que Jason continuó en solitario su camino en patines en línea.
A la altura de Colorado, Jason fue atropellado por un conductor ebrio y se fracturó ambas piernas. Tuvo que ser hospitalizado y tardó 9 meses en completar la recuperación que le permitiera continuar su aventura y llegar a San Francisco donde le esperaban Steve y Moksha para iniciar de nuevo la travesía, esta vez hacia el pacífico.
Travesía por el Pacifico
Aquí se enfrentaron a uno de los grandes problemas del océano Pacifico, las corrientes marinas. Cerca de San Francisco, hay un cinturón de corrientes de agua de más de 500 km de ancho que durante años ha dificultado las expediciones de barcos de vela hacia las antípodas.
Por este motivo, Jason y Steve decidieron viajar hasta Perú donde las corrientes son mas favorables para intentar la salida desde allí. Pero este viaje tampoco fue fácil. Utilizaron el barco a pedales para bajar hacia Baja California, el Kayak para cruzar a México y las bicicletas para intentar descender por la ruta de la plata hacia Sudamérica.
Sin embargo, cuando el equipo se encontraban por Honduras fueron sorprendidos por el tifón “El niño” que arraso gran parte de las carreteras de la ruta panamericana y revirtió el flujo de corrientes del océano, lo cual complicaba la salida más desde Perú que desde San Francisco.
A Jason y Steve no les quedó más remedio que retroceder estos 6 meses invertidos en bajar hacia el hemisferio sur y volver hasta San Francisco. En su primer intento de salida al mar sufrieron un percance con una de las boyas de señalización de la costa que junto al mal tiempo hicieron que volcara la embarcación y tuvieron que ser rescatados por los equipos de salvamento locales.
Consiguieron remolcar a Moksha intacta pero todos los suministros quedaron inutilizables. Les llevó unos meses preparar de nuevo todos los materiales para el segundo intento y solucionar las pequeñas diferencias que surgían entre ellos debido a la tan intensa convivencia.
El 28 de septiembre de 1998 J&S ya estaban preparados para salir a conquistar el Pacífico a pedales de Moksha. Tuvieron que pedalear especialmente fuerte a su salida para evitar que las corrientes les desviaran hacia el sur. En 54 días consiguieron llegar al puerto de Hilo en Hawaii, la primera de las paradas de la expedición por el Pacífico. Este tramo del viaje fue especialmente extenuante para Smith.
Ya recuperándose en Hawaii, Smith, con mucha pena anunció su retirada del desafío. Pero antes de partir de vuelta a casa trabajó junto a Lewis para recaudar más fondos para el proyecto e impartieron más charlas de concienciación medioambiental por los colegios de la isla. Jason es una persona muy tenaz y decidió continuar el viaje aunque tuviera que hacerlo solo.
Sin perder mas tiempo, se calzó sus botas de monte y comenzó a andar los 128 km que separan el este del oeste de la isla. Debido a la complicada orografía volcánica de Hawaii, Jason y algunos aventureros locales que se le unieron en este tramo de la aventura tardaron 4 días en llegar a Kailua Kona, desde donde partiría Moksha de nuevo.
Jason se enfrentaba ahora al que, según él, fue el tramo más complicado de todo el viaje. Tuvo que pedalear en solitario más de 4.300 km y hacerlo atravesando los “doldrums”, nombre con el que se conoce a las fuertes corrientes que se crean en la zona donde converge el océano pacífico norte con el sur. Estas Corrientes fueron una dura prueba física y psicológica para Jason ya que le mantuvieron durante más de una semana sin avanzar pedaleando únicamente para no perder la posición. Hubo días en los que tuvo que pedalear hasta 20 horas al día para que al despertarse las corrientes no le hubieran arrastrado camino atrás.
Durante esta etapa, Jason afirmó haber notado ciertos síntomas de esquizofrenia leve al encontrarse en varias ocasiones manteniendo conversaciones acaloradas consigo mismo. Además, también en esta etapa Jason contrajo septicemia, una infección que le dificultaría avanzar ágilmente, pero que pudo superar tomando unos antibióticos que llevaba a bordo. Por si todo esto fuera poco, también fue atacado por un gran tiburón blanco que confundió su bote con un buen almuerzo.
A pesar de todos estos contratiempos, Lewis consiguió llegar a Puerto Betio en el atolón de Tarawa tras 73 días a solas con el mar.
Recuperando ya fuerzas en Tarawa, Jason decide invitar a la expedición a Chris Tipper, la persona que les ayudó a construir Moksha. Chris llegó a la isla y se unió al viaje de Jason para ayudarle en el tramo Tarawa – Islas Salomón, separadas por unos 1300 km. Salieron el 20 de mayo del año 2000 y para suerte de Jason, durante este tramo las cosas fueron mucho mejor y avanzaron más rápido de lo esperado. Tras tres semanas pedaleando, llegaron al archipiélago de las islas Salomon. Lo peor de la etapa comentaba Jason fue el mal olor de los pies de Chris así como su atroz talento para la cocina.
Sin embargo no durarían mucho las buenas noticias, casi a su llegada comenzó un fuerte conflicto civil entre las islas de Malaita y Guadalcanal que obligo a los exploradores a desviarse a la isla de Tulagi, un pequeño islote situado entre ambas islas donde pudieron descansar y recuperar energías.
La siguiente etapa de 1770 km que unen la isla de Tulagi con Australia por el océano fue también muy complicada y aunque no tuvieron tantos imprevistos como en la anterior, debían de atravesar la gran barrera de coral que bordea la costa norte australiana. Esta zona del Océano pacifico está considerada como una de las más complicadas de navegación del mundo debido a las fuertes corrientes marinas, los relativamente constantes temporales y los escarpados islotes y corales de la zona.
April encima nunca antes había montado en una embarcación durante tanto tiempo y menos en las condiciones en las que lo haría con Jason. Para ella fue una odisea y sufrió fuertes mareos durante los 32 días que duró la travesía. A pesar del esfuerzo, Jason y April no lograron llegar a la costa de Queensland en Australia por sus propios medios. Los temporales que les sacudieron por el camino mojaron gran parte de la comida y los mareos de April y la deshidratación la debilitaron mucho. Ante el temor de que las mareas y el temporal terminaran por estrellar la embarcación contra la barrera de coral, decidieron pedir ayuda al equipo de apoyo que inmediatamente se puso en contacto con los equipos de salvamento marítimo para que remolcara a Moksha hasta el puerto más cercano. Así pues llegaron a la isla de Lizzard, situada a pocas millas frente a la costa australiana. Días después, para completar íntegramente el reto de la circunnavegación Jason retrocedió al punto donde fueron remolcados por el equipo de salvamento. Con un Kayak ya el solo completo este tramo que le llevó hasta el puerto australiano de Cooktown. Jason consiguió aquí otro record ya que se convertía en la primera persona en cruzar el Océano pacifico a pedales.
En Oceanía y hacia el sureste asiático.
Para cuando llegaron a Australia, la expedición se encontraba en bancarrota por lo que las actividades de Jason volvieron a centrarse en las charlas de concienciación medioambiental y la recogida de fondos para costear la continuidad de la expedición. Para ello, decidieron exponer en un centro comercial a Moksha donde aceptaban donaciones o incluso podían grabar tu nombre en el casco del bote a cambio de 20$. Jason tardó 5 años en recuperar los fondos suficientes para continuar la expedición y planificar la vuelta a casa.
Tras varios meses, y gracias a la diversidad biológica y paisajística que ofrece Australia Jason consiguió crear un programa educacional por el que se le unieron un grupo de aventureros locales que decidieron acompañarle a través de los 6.115 Km que separan Cooktown de la ciudad de Darwin al norte de Australia. Tras muchos pinchazos, caídas, acampadas y 88 días, Jason y compañía consiguieron llegar a Darwin.
En abril de 2005 Jason cruzaría el mar Timor hacia indonesia con una nueva aventurera de Cuba llamada Lurdes Arango. Sin mayores contratiempos Jason y Lourdes llegaron al puerto de Dili en Timor oriental donde les estarían esperando sus ex compañeros Chris y April. El equipo comenzó el viaje con kayaks y bicicletas con las que viajaron por todo Indonesia hasta llegar a Singapur. Para este tramo de la expedición, el equipo empleó 66 días, llegaron a Singapur el 17 de noviembre de ese mismo año.ç
Asia central
De nuevo en solitario, Jason emprendió el viaje hacia el noroeste asiático en bicicleta a través de Singapur, Malasia, Tailandia, Laos y China. Cerca de la frontera entre China y Nepal, Jason tuvo que hacer alguna etapa nocturna para evitar los controles de la policía fronteriza China, que suponían una amenaza para la continuidad del desafío. Pero no fue esta su única dificultad, para bajar hacia la India tuvo que cruzar la cordillera del Himalaya. Recuerda muy bien una noche muy fría a 4.900 metros donde sufrió mareos y nauseas debido al mal de altura. Jasón se apresuró en esta etapa para poder abandonar las montañas lo antes posible. Tras ya casi 12 años de viaje a sus espaldas, Jason se acercaba hacia Mumbay en la costa oeste de la India.
Llegada a África y regreso a Europa.
En Mombay Jason estuvo bien arropado por el pueblo indú, pudo realizar los ajustes y reparaciones necesarios a Moksha con comodidad. Además conoció a un buen amigo, Sher Dhillon que le acompañó en la siguiente etapa a través del océano Indico. Tras 46 días pedaleando en el agua, Jason y Sher llegaron a Djibouti, país situado cerca del cuerno de África que conecta el mar Arábigo con el mar Rojo. Salvo pequeñas averías con colisión un barco hundido cerca del puerto y pedaladas extra para remontar las mareas, los exploradores llegaron al país africano sin mayores problemas.
Es día 31 de marzo 2007 y Jason vuelve a coger la bicicleta para dirigirse hacia el norte de África atravesando Etiopía y Sudan por el Nilo para finalmente llegar a Egipto. Tuvo un pequeño altercado en la frontera entre Sudan y Egipto, donde fue detenido por las milicias del país y acusado de espionaje. Los cargos de este tipo tenían asociadas penas de hasta 40 años de prisión. Sin embargo tras 11h presentando alegaciones y pruebas comprobaron que realmente se trataba de un aventurero británico. Jason fue liberado y pudo continuar su viaje hacia el norte de Egipto, Jordania, Siria y Turquía.
Una vez en Estambul, ya para cruzar el estrecho del Bósforo que separa Asia con Europa, a Jason le dejaron utilizar un bote regional típico Turco para celebrar de forma especial el regreso al continente europeo.
En agosto de este mismo año Jason inicia su camino por Europa, primero por Bulgaria y Serbia y después por Austria y Alemania. Finalmente, llegó a Ostende en Bélgica desde donde volvería a utilizar a Moksha para atravesar el canal y finalizar la circunnavegación.
Fuente: Entre Desafios