Áspero, la primera ciudad marítima de América
Las investigaciones arqueológicas nos suelen asombrar. Grandes ciudades, impresionantes templos o esculturas grandiosas nos acercan a otras épocas y lugares. Pero hay veces que estos descubrimientos hacen, además, temblar los pilares de la Ciencia y de lo que hasta ahora sabíamos de la evolución de la cultura y de la civilización. El que vamos a ver aquí es uno de esos casos (otros son el de Gobekli Tepe o las pirámides chinas).
Perú, la cuna de las mil culturas, la zona del mundo donde se están descubriendo los más insospechados pueblos, es el lugar en el que se desarrolló esta civilización, cuyo centro neurálgico fue Caral, hace unos 5000 años. En concreto en un lugar entre la costa del Pacífico y las montañas andinas.
Si dedicamos una entrada a este pueblo es por sus características marineras, poco conocidas, pero que son destacables por la trascendencia que han tenido para culturas posteriores andinas. Muy sintéticamente, Caral y sus alrededores son una muestra de una civilización con unos conocimientos muy importantes de arquitectura, ya que levantaron magníficas pirámides, y también de ingeniería (construyeron canales para trasvasar el agua que manaba de las montañas). Caral es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 2008.
Se dedicaban a la pesca, a la agricultura y el comercio. Aunque cultivaban semillas y frutas, lo más característico es que plantaban y tejían algodón, que se cree usaban, entre otros, para hacer las redes de pesca.
Aunque la capital estaba a unos cuantos kilómetros del mar, había una ciudad, denominada Áspero, que estaba en sus orillas. En ella se han podido estudiar con más detalle las actividades pesqueras de este pueblo.
Áspero, la zona costera
Situada a menos de medio kilómetro de la costa, Áspero fue un antiguo pueblo del que se tienen noticias hace unos 7000 años. Entonces era un poblado pescador en el que se extraían recursos marinos. Se sabe que formó parte de la civilización Caral. En esta época pasó a ser una ciudad que se sustentaba en la extracción de recursos marinos y en el intercambio de productos.
Se han encontrado unos almacenes que evidencian que tenían excedentes de la pesca, por lo que comerciaban (entonces era sólo un intercambio) y cambiaban éstos por productos agrícolas con las ciudades del interior del valle. De la ciudad sagrada de Caral obtenían algodón y productos exóticos, como plumas multicolores y piedras semi-preciosas (Shady y Cáceda 2008).
Como Tavera afirma, era algo mundialmente admitido que los inicios de la civilización (por ejemplo la mesopotámica, india, china, egipcia, entre otras) se originaron a partir del uso de la agricultura, que permitió subsistir, hacerse sedentarios y construir lugares para vivir. Sin embargo, en Perú la sedentarización y la construcción de asentamientos en la costa estuvo ligada a la explotación de los recursos marinos. La corriente marítima de Humbolt generó una zona rica en peces y mariscos, que hicieron posible no sólo alimentarse, sino que tenían excedentes que les permitieron entablar relaciones sociales con otros grupos humanos, tanto en la costa como en el interior del valle y formar finalmente una civilización.
Esa forma de vida, basada en los recursos marinos se trasvasará a otras culturas peruanas posteriores, como los moches. Todo un hallazgo mundial que merece ser conocido y valorado, por su trascendental aportación en América, pero también para la Historia y el Patrimonio Marítimo mundial.
Más información
SHADY, Ruth y CÁCEDA, Daniel. Áspero, la ciudad pesquera de la civilización Caral (1.ª edición). Lima: Proyecto Especial Arqueológico Caral-Supe / Instituto Nacional de Cultura, 2008.
TAVERA VEGA, Lizardo. Áspero. Arqueología del Perú. [s.f.].
Reproducción de la entrada disponible en: Blog Cátedra Naval
CC By-NC-SA (c) Catedra de Historia y Patrimonio Naval, Universidad de Murcia