Han recreado el posible perfume de Cleopatra un equipo de arqueólogos
Han recreado el posible perfume de Cleopatra VII. Fue la última gobernante de Egipto antes de caer en poder de los romanos, siempre ha sido imaginada como una mujer bellísima, a pesar de que los científicos nunca han podido determinar su aspecto real -de hecho, existen estudios que apuntan a que realmente no era una persona muy agraciada-. Los arqueólogos si han podido determinar a qué pudo oler. Expertos ha recreado los perfumes más comunes del imperio a través de las muestras y restos que aún quedaban en las vasijas que los contenían.
El Chanel No. 5 del antiguo Egipto
Robert Littman, arqueólogo de la Universidad de Hawái que junto a su colega Jay Silverstein son los responsables de la recreación. Durante años, ambos realizaron excavaciones en un sitio llamado Tell-El Timai, que en la antigüedad se conocía como la ciudad de Thmuis. También fue el hogar de dos de los perfumes más conocidos del mundo antiguo y Mesopotamia.
Si bien las botellas no olían, el análisis químico del lodo reveló algunos de los ingredientes. Los investigadores llevaron sus hallazgos a dos expertos en perfume egipcio, Dora Goldsmith y Sean Coughlin. Ellos ayudaron a recrear los olores siguiendo las fórmulas encontradas en los textos griegos antiguos.
La base de ambos aromas recreados es la mirra, una resina extraída de un árbol espinoso nativo del Cuerno de África y la Península Arábiga. Se agregaron ingredientes como el cardamomo, el aceite de oliva y la canela para producir los perfumes antiguos. En general eran mucho más espesos y pegajosos que los perfumes de hoy en día, lo que les conferían aromas fuertes, picantes y ligeramente almizclados.
«Es una gran emoción olfatear un perfume que nadie olió en 2.000 años y que Cleopatra podría haber usado», afirma Littman en un comunicado de prensa de la universidad.
La perfumista Mandy Aftel, ayudó a reproducir un perfume utilizado para perfumar a una momia infantil basada en los raspados de una máscara mortuoria. La leyenda dice que roció las velas de su barco real con tanto olor que Marco Antonio podía olerla llegar a la orilla cuando lo visitó en Tarso.